Suena a broma del destino que el verdadero apellido de Coco fuera ‘dicha’, ‘bienestar’. Aunque tal vez la persecución de ese ideal marcó desde la cuna, como en los melodramas románticos que tanto le gustaba leer, el fallido sueño de su vida. Y la indujo a mentir y a novelar sobre ella con la misma audacia con la que inventó una nueva manera femenina de vestir. «Desde muy joven fabuló sobre sus orígenes, sus amores, los medios de su ascenso. Lo novelesco era consustancial a ella».
En aquel entorno de sobriedad monacal se gesta su afición a lo escueto; a la elegancia del blanco y negro; al tema de las estrellas, recurrente en sus creaciones; incluso la doble C de su logotipo. «Durante esos años lo único que ansié fue ser amada. Todos los días pensaba en cómo quitarme la vida, aunque en el fondo ya estaba muerta. Solo el orgullo me salvó.» El orgullo... y las tijeras. Las monjas le enseñaron a coser y ella se agarró a las tijeras como a una mágica tabla de salvación. Pronto las usó tan bien que en el orfanato le buscaron trabajo de costurera. Desde entonces hasta el último día de su vida las llevó siempre con ella. A veces incluso se las colgaba del cuello. En los grandes hoteles y en los suntuosos apartamentos que compartió con sus amantes, las dejaba a su lado en la mesilla de noche.
Tan solo durante un breve periodo cambió la costura por el cabaret. Morena, nerviosa, menuda; con el pelo corto , y la firme decisión de conseguir dinero, Gabrielle se convirtió en Coco. Durante tres años cantó y se entregó a relaciones pasajeras. Con la inestimable ayuda de uno de sus primeros amantes, el playboy Etienne Balsan, abrió una sombrerería en París. Era el año 1909 , Coco dio sus primeras estocadas al alambicado gusto de la mujer de su época. Se cargó de un golpe los gigantescos sombreros emplumados, sustituyéndolos por diminutos casquetes ajustados al cráneo.
De amante en amante recorre los lugares de modade la jet: Deauville, Normandía, Biarritz..., antes de abrir su primera Casa Chanel en París. Un jugador de polo inglés, Arthur Boy Copel, la ayuda a despegar socialmente. Es el hombre de su vida. El único que podría haberle hecho perder la cabeza y truncar su leyenda. Pero se negó a casarse con ella, aunque la mantuvo como amante. Murió prematuramente en un accidente de coche. Fue su amor imposible por excelencia.
Siempre tuvo debilidad por los ingleses.El motivo es que Chanel solo podía tener sentimientos profundos por un hombre si, paralelamente, una diferencia cultural le permitía tenerlo a distancia. La diferencia cultural le proporcionaba seguridad afectiva y le permitía salvaguardar su libertad y, lo más esencial para ella, su trabajo creativo.
Después de Copel, el duque de Westminster ocupó su lugar durante diez años. No solo era aristócrata, era una persona bastante adinerada. Con él se sentía segura. Segura de tener a salvo su sacrosanta libertad para crear. Aunque la otra seguridad, la sentimental, seguía fuera de su alcance. El aristócrata no se conformaba con el amor de Coco, tenía otras aventuras.Los hombres a los que amaba siempre se casaban con otras ,y ella sufría atrozmente. ¿Por qué acababa con hombres así? Nunca dejó de repetir la historia de su madre, abandonada por un padre tan infiel como inalcanzable.
Para consolarla, Westminster le regalaba joyas de incalculable valor que ella tiraba displicentemente al mar.» Pulseras de esmeraldas, collares de perlas...
Winston Churchill, que compartía jornadas de caza y pesca con ella, dijo «tiene la personalidad más fuerte que jamás he conocido», la admiraba. Tanto como la detestaba el gran Paul Poiret, el modisto que se inventó a la mujer orientalizante -toda muselinas y vapores- y que reinó sin rival hasta que Coco lo destronó. Según él, Coco convertía a las mujeres en «telegrafistas mal alimentadas». Lo cierto es que su austera revolución, inspirada en el guardarropa masculino, el uniforme del orfanato y el look de los mayordomos, fue un escándalo y un éxito sin precedentes. Desterró el corsé, redefinió la elegancia y la puso al alcance de todos. Compatibilizó el lujo con la comodidad. Y, para redondear, se inventó con su nombre el perfume más famoso del mundo, Chanel n.º 5. Los años 20 fueron su etapa dorada. Cuando se codeó con los grandes del arte y la intelectualidad: Diaghilev, Bernard Shaw, Cocteau, Stravinsky, quien se enamoró de ella...
«Por esos años se rumoreó que André Palasse, a quien ella siempre presentó como su sobrino, en realidad era su hijo ilegítimo. Sin embargo, nadie se atrevió a preguntárselo a Chanel. Ya se sabía que, con ella, siempre prevalecía la leyenda.»
En plena recesión, su estrella no se apagó. Samuel Goldwyn Mayer la contrató por un millón de dólares para vestir a Hepburn, Taylor, Kelly... Es tras la Segunda Guerra Mundial cuando su reputación cae en picado. Su romance con un alto oficial de la SS, Walter Schellenberg, abrió un nuevo y proceloso capítulo en su novelesca biografía. Ella siempre lo negó, pero su reinado pierde el esplendor. Otros nombres ocupan su trono y la hiperactiva Coco se va ensimismando. En 1954 vuelve a abrir su casa de modas. Se mantiene al frente de la firma con pulso de hierro. Se adapta a las nuevas tendencias. Pero la soledad, la artrosis y la morfina la van minando. Murió a los 87 años, con las tijeras en la mano, en su habitación del hotel Ritz de París. La dicha que anunciaba su apellido para ella nunca se hizo realidad. En cambio, su revolucionaria moda llevó un bienestar desconocido a las mujeres de todo el mundo.
SUS FRASES:
"La elegancia no consiste en ponerse un nuevo vestido"
"Moda es todo lo que puede pasar de moda"
"El buen gusto estropea ciertos valores espirituales auténticos: como el propio gusto"
"La moda reivindica el derecho individual de valorizar lo efímero"
"La moda se pasa de moda, el estilo jamás"
"El perfume anuncia la llegada de una mujer y alegra su marcha"
"Para ser irremplazable, uno debe buscar siempre ser diferente"
"Una mujer puede darlo todo con una sonrisa y recuperarlo después con una lágrima"
"La moda es como la arquitectura: se trata de una cuestión de proporciones"
Fuente: XL Semanal
Ella supo marcar diferencia en una epoca tan dificil para la mujer y la indujo, cro que sin querer a ser femenina 100 %.
ResponderEliminarBesos Isabel
Fantástico post!! bonito homenaje a este icono irrepetible de la moda ; )
ResponderEliminarBesos!!
Qué gran señora...
ResponderEliminarLove Coco Chanel. That´s why my nickname is Caucau Chanel ;)
ResponderEliminarHolaa Guapisima! Chanel siempre presente... ¡Que gran mito! ¡Y parece mentira que después de tantos años siga tan viva! Gracias también a Lagerfeld, por encontrar siempre la forma de perpetuar su esencia (...)
ResponderEliminarBesitos.
No Olvides que...
"MODA ERES Y EN MODA TE CONVERTIRÁS"
"D"
Me encanta...CHANEL, ya puedes ser ignorante en este de la moda que dices chanel y ahi todas sabemos a lo que nos referimos, por eso es uno de los grandes iconos de la moda todavia hoy en dia.. a eso le llamo yo ser elegante..
ResponderEliminarPd: Por cierto las cuñas las compre en un pueblo cerca del mio, Pilas nose si te sonara...vamos que un mercadillo de esto de puestos de toda la vida ni vintage ni nada...
http://styleencolores.blogspot.com
Me fascina Coco Chanel y tu post ha quedado precioso. Muchas gracias por tu visita!
ResponderEliminarUn besito,
Mónica
http://tocadordemonique.blogspot.com/
Muy completa la entrada!!! Saludos.
ResponderEliminarcuando leo sobre esta mujer me emociono!
ResponderEliminarMe gusta tu blog. Hablas de moda, pero no como otros blogs de moda que me parecen un poco aburridos , sino q además intercalas anécdotas y demás cosas diversas, asi q t añado:)
ResponderEliminarUn saludo!
*Grandes frases éstas de Chanel Yo tamabién soy coleccionista de citas ^^