Cuando era pequeña las aves que sobrevolaban por encima de mi cabeza me daban miedo y me imponían bastante. Desde hace un tiempo para acá, sin embargo, ese respeto que sentía se ha convertido en otro sentimiento.
Ahora resulta que me asemejo muchísimo con los pájaros.
Quisiera poder volar como ellos hacia donde me llevara el viento, volar libre muy lejos y volver a casa cuando la echara de menos. Cuando tuviera frío desplazarme hacía tierras más cálidas , y cuando tuviera calor hacia las más frías. Abrir las alas y cerrar los ojos y sentir el viento azotándome en la cara y abatiéndome de un sitio a otro, sin que tuviera que hacer fuerzas para aletear, simplemente dejándome llevar. Despreocupándome de todo problema que pudiera enturbiar mi mente, sólo estando atenta a si un pájaro más grande que yo pudiera interferir en mi vuelo y salirme de su terrero y desplazarme a mi nido para salvaguardar a los míos, sacando garras para que nadie les hiciera daño.
Buscándo sustento y viviendo en paz.
Quizás todo esto se podría resumir en mis ansias de libertad, de paz y mi instinto de protección.
Estas fotos las hice este verano mientras estaba en el campo, me dió tiempo a observarles y prácticar con el objetivo nuevo de mi cámara.
En las que salen con el pico abierto es porque la madre se aproximaba a darles de comer.
Ahora resulta que me asemejo muchísimo con los pájaros.
Quisiera poder volar como ellos hacia donde me llevara el viento, volar libre muy lejos y volver a casa cuando la echara de menos. Cuando tuviera frío desplazarme hacía tierras más cálidas , y cuando tuviera calor hacia las más frías. Abrir las alas y cerrar los ojos y sentir el viento azotándome en la cara y abatiéndome de un sitio a otro, sin que tuviera que hacer fuerzas para aletear, simplemente dejándome llevar. Despreocupándome de todo problema que pudiera enturbiar mi mente, sólo estando atenta a si un pájaro más grande que yo pudiera interferir en mi vuelo y salirme de su terrero y desplazarme a mi nido para salvaguardar a los míos, sacando garras para que nadie les hiciera daño.
Buscándo sustento y viviendo en paz.
Quizás todo esto se podría resumir en mis ansias de libertad, de paz y mi instinto de protección.
Estas fotos las hice este verano mientras estaba en el campo, me dió tiempo a observarles y prácticar con el objetivo nuevo de mi cámara.
En las que salen con el pico abierto es porque la madre se aproximaba a darles de comer.
¿Os sentís como pájaros algunas veces?